Soy profesor de matemáticas en un instituto de enseñanza secundaria público. Llevo casi diez años en esta apasionante profesión. Y cada vez lo tengo más claro: no es que la mayoría de los alumnos sean torpes o que los profesores de matemáticas no queramos enseñar, sino que se pretende que los estudiantes aprendan demasiados contenidos matemáticos en poquísimo tiempo. Solución: o menos contenidos o más horas. Yo optaría por lo primero. Siempre hay genios que consiguen maravillas con sus alumnos, pero en general nuestra asignatura consigue peores resultados que el resto.
Aclaro: quiero tener más tiempo para hacer más problemas, más retos, más proyectos, dejar que descubran, que investiguen, que disfruten y hagan matemáticas de verdad. Pero si tengo que dar los radicales y las ecuaciones y las funciones y... ¡Abajo los radicales!
Por cierto, no tengo claro todavía hasta qué puntos estamos obligados los profesores a evaluar a nuestros alumnos de todos los contenidos que aparecen en el currículo oficial. Se pueden argumentar razones por las que no ha dado tiempo a "ver" algunos de los temas. No es este mi caso, ya que mis compañeros de departamento suelen querer impartir más contenidos que yo. Y a mí me gusta llegar a acuerdos, así que a correr para que todos los alumnos del mismo nivel puedan examinarse de las mismas unidades.
¿Y vosotros qué opináis? ¿De verdad creéis que hace falta que sigamos corriendo en clase "viendo" temas sin parar? ¿Con tanto contenido vamos a conseguir que nuestros alumnos aprendan matemáticas de verdad? Y lo que es más importante, ¿podemos lograr que disfruten con ellas? Como decía Paul Lockhart en su lamento, ¡con lo bien que nos lo podríamos estar pasando todos!
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